Dónde dormir en Copenhague y no morir en el intento.

Copenhague presume de un alto nivel de vida con excelentes sistemas de transporte público, atención médica y educación. Como os comentábamos en la entrada anterior, en Dinamarca se pagan muchos impuestos porque, aparte de la conciencia social y el estado de bienestar asumido por la ciudadanía, los sueldos son altos (salario medio mensual, después de impuestos: 3816,13 €). 

No nos engañemos, en Copenhague la vivienda y los alimentos son particularmente costosos. Madrid no es particularmente barato y, aun así, lo es un 53% más que Copenhague. Alquilar una habitación en esta ciudad ronda los 600€ mensuales, y un piso para dos personas cuesta una 1300€. 

Aún a sabiendas de todo ésto, decidimos viajar a Dinamarca economizando lo máximo posible. Claro está, en lo primero en lo que hay que abaratar costes es en el alojamiento. Nos alojamos, por primera vez en nuestras vidas, en las famosas cápsulas que tanto se están poniendo de moda en todo el mundo. La modalidad se inició en Japón. Suelen tener una medidas que rondan los dos metros de largo (hay que contar con espacio en los pies para dejar las pertenencias), un metro y medio de ancho y  un metro de alto. A diferencia de Japón, la nuestra no tenía televisión ni consola; era una simple caja con puerta de acceso mediante contraseña numérica digital que nos daba la privacidad suficiente para dormir y, durante el día, tener guardadas las mochilas. 

Baño compartido

En el Capsule Hotel Nyhavn63 el baño es compartido, cuenta con personal en la recepción 24 horas, tiene tapones de espuma para los oídos gratis y está situada en el mismo centro de la ciudad, en el Nyhavn. El precio por dormir dos noches fue de 150€ y oferta también habitaciones, eso sí con las duchas y baños también compartidos. Estos tienen unas 6 duchas y cuentan con secador de mano y las toallas son de alquiler.

Las cápsulas pueden ser individuales o de pareja. Las sábanas están limpias, tienen enchufes con clavija europea y cargadores USB en ambas partes de la cama.

La zona común es discreta y nos atendieron y explicaron nuestras dudas con la simpatía que cabe esperar de un escandinavo. Lo negativo es que si quieres dejar el equipaje consignado, ha de ser en unas estanterías apartadas y fuera de vista, situada en zona de paso sin vigilar. Hemos dicho que en Copenhague no se roba pero no todos los que visitan la ciudad son daneses.

Hacer el check in fue sencillo, nos llevó cinco minutos. Dejamos las mochilas dentro de nuestra cápsula (si os dan a elegir, por comodidad, dormid en una de abajo) y salimos a disfrutar del buen tiempo con una larga lista de puntos de interés. 

Nuestra primera parada: Christiania.

Sí estás pensando en visitar Copenhague pásate por aquí


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